Los procesos inflamatorios en la glándula prostática (próstata) generalmente se denominan prostatitis. La glándula prostática es un órgano exclusivamente masculino ubicado en la región pélvica debajo de la vejiga. Realiza varias funciones: el secreto de la próstata es parte de los espermatozoides, en el momento de la excitación sexual, la glándula desempeña el papel de esfínter: bloquea la entrada de la vejiga.
Prostatitis: la urgencia del problema
Según investigadores estadounidenses, la prostatitis se detecta en aproximadamente el 25% de los pacientes con problemas urológicos. Y, en general, alrededor del 9% de la población masculina de todo el mundo padece esta enfermedad.
En un solo país, esta patología cubre aproximadamente el 35% de los hombres jóvenes, y en el 7-30% la prostatitis tiene formas complicadas y ocupa el primer lugar entre todas las enfermedades del sistema reproductivo masculino. Lo más probable es que esto se deba a la mentalidad de nuestra población: solo un pequeño porcentaje de hombres busca ayuda médica calificada a tiempo. La mayoría de las veces, los signos de prostatitis se ignoran hasta que la situación se vuelve realmente grave.
Aunque la enfermedad no representa una amenaza seria para la vida, puede complicar la vida de un hombre, llevarlo a una depresión severa, privarlo de placeres simples y, en grado extremo, dejarlo estéril.
Prostatitis aguda y crónica
Según la clasificación adoptada en 1995 en Estados Unidos, la prostatitis se divide en las siguientes formas:
- Prostatitis bacteriana aguda;
- Prostatitis bacteriana crónica;
- Prostatitis crónica abacteriana;
- Prostatitis asintomática.
La prostatitis aguda es el resultado de un ataque bacteriano a la glándula. Estos pueden ser microbios, virus, protozoos e incluso hongos. El tratamiento de la prostatitis aguda se basa en el uso de medicamentos antibacterianos.
La prostatitis crónica, que no está asociada a agentes infecciosos, merece una atención especial, ya que es la que ocurre 8 veces más a menudo que la prostatitis bacteriana, tiene un origen desconocido y genera mucha controversia sobre los métodos de terapia.
Entonces, la prostatitis crónica, no asociada con infecciones, tiene una etiología poco clara. Se han identificado varios factores que contribuyen al lento desarrollo de la inflamación en la próstata.
- Estilo de vida sedentario (camioneros, oficinistas);
- Trastornos en la vida íntima: coito demasiado raro o demasiado frecuente, coito interrumpido, perversión sexual;
- Estreñimiento;
- Hipotermia y enfermedades infecciosas frecuentes;
- Infecciones sexuales y presencia de otras enfermedades urológicas en la historia;
- Inmunidad debilitada y enfermedades crónicas graves.
Signos de prostatitis: opiniones tan conflictivas de los urólogos
La prostatitis aguda, por regla general, se acompaña de síntomas tóxicos generales: fiebre, pérdida de fuerza, disminución del estado de ánimo, debilidad, etc. Un hombre se queja de dolor en la parte inferior del abdomen o la espalda, el escroto o la ingle. El dolor también se manifiesta durante la micción, la defecación, después del coito. Un hombre puede detectar la secreción de un líquido gris o gris verdoso de la uretra, hay sangre en el semen.
Si las opiniones de los urólogos coinciden con la prostatitis aguda, entonces surgen disputas con las manifestaciones clínicas de la prostatitis crónica.
La mayoría de los expertos consideran que el síntoma principal de la prostatitis crónica es la disfunción eréctil. Escuchamos sobre esto en las pantallas de televisión que anuncian medicamentos contra la prostatitis. Muchos hombres asocian sus fracasos en la cama con la prostatitis, y se recetan de forma independiente el tratamiento con los medicamentos anunciados.
El médico oncourólogo e investigador del Instituto de Urología cree que se trata de una tergiversación inverosímil de la mitad masculina con el fin de promover las drogas. En su opinión, la prostatitis crónica no causa disfunción eréctil y los episodios de impotencia masculina son solo bloqueos psicoemocionales y autohipnosis. El tratamiento de la disfunción eréctil en este caso se reduce a una conversación con un psicoterapeuta.
El médico señala que recientemente la prostatitis se ha convertido en una enfermedad comercial con la que los médicos descuidados ganan dinero. Al solicitante se le diagnostica una enfermedad inexistente, se prescriben muchos procedimientos de diagnóstico y tratamientos costosos, y luego el paciente inspira los síntomas por sí mismo, espera las manifestaciones y no se hacen esperar.
Los signos indiscutibles de la prostatitis son dolor pélvico, dolor al orinar y después de la eyaculación. Una glándula agrandada e inflamada puede comprimir los órganos cercanos, lo que puede provocar estreñimiento y dificultad para orinar. El dolor después de la eyaculación se debe a la contracción de los conductos, después de la liberación de espermatozoides, y la contracción en la glándula inflamada continúa con dolor.
Se viola la calidad de la vida sexual: el hombre nota que está menos interesado en la vida sexual y el placer se ha "borrado", no hay sensación de satisfacción en la intimidad. Las eyaculaciones dolorosas son otra razón para rechazar la intimidad.
El desarrollo de infertilidad con inflamación crónica en la glándula prostática se asocia con cambios en el espermograma, que son inevitables, porque cambia la composición química de la secreción prostática. Disminuye el recuento de espermatozoides, aparecen formas patológicas o espermatozoides muertos.
¿Cómo mantener la salud de los hombres?
¡La salud de un hombre está en manos de un urólogo competente! Tan pronto como se encuentren signos de prostatitis, es necesario consultar a un médico. El tratamiento es largo y complejo. Dependiendo de la etiología, puede incluir terapia con antibióticos, medicamentos antiinflamatorios y descongestionantes, reguladores de péptidos, analgésicos, masaje de próstata y tratamientos de fisioterapia.
Se cree que los hombres casados tienen menos probabilidades de desarrollar prostatitis. La vida sexual regular con una pareja no brinda la posibilidad de que se desarrollen procesos estancados e inflamatorios en la glándula. Por lo tanto, el matrimonio y la lealtad al cónyuge, por trivial que parezca, es una medida preventiva de la prostatitis.